Jesús

El hombre es como una semilla. La semilla germina, se convierte en brote, crece hasta llegar a ser un árbol y cumple con su destino ofreciendo flores y frutos al mundo. Asimismo, el hombre crece desde la niñez a través de la adolescencia, hasta la juventud y la edad mediana, y cuando ha crecido completamente, tiene que justificarse ofreciendo al mundo las flores y los frutos de buenos pensamientos y acciones, adquiriendo él mismo la plenitud de la sabiduría.

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