¡Encarnaciones del Amor!
(…) Debido al efecto de la Edad de Kali, la devoción y el desapego se han vuelto artificiales. La gente está tratando de complacer a otros, pero no a Dios. Deben emprender actividades que complazcan a Dios. Si van de acuerdo a sus propias preferencias y aversiones, ¿cómo puede Dios estar complacido con ustedes? Lo que Dios ama más es el amor del corazn. Su corazón debe rebozar de amor, sacrificio y bienaventuranza. Pueden hacer cualquier cantidad de ofrendas, pero si no ofrecen su corazón a Dios, Él no las aceptará. Él puede pretender haber aceptado esas ofrendas, pero las tirará. Deben ofrecerle lo que le complace a Él. Esto es un corazón que es llamado anahati. Es el centro del amor y la bienaventuranza. De hecho, es la base de todo. Si no ofrecen ese sagrado corazón a Dios, ¿de qué sirven las otras ofrendas? Dios no está interesado en tales ofrendas artificiales. Si se encuentran con gente pobre, denle lo que requieren. Si están temblando en el frío, denles una cobija. Deben darles lo que necesitan, no lo que a ustedes les gusta dar.
(…) Hoy estamos celebrando el Día de Ishwarama. Swami quiere contarles un incidente que habla de su inmensa compasión y amor por los niños. En aquellos días, estudiantes de varios estados y países estaban asistiendo a las Clases de Verano. Gokak, que solía conducir las clases, era un estricto disciplinario. Era un hombre de gran carácter y sacrificio, así como un gran académico. Él conducía las clases de una manera ejemplar. Un día, los estudiantes estaban almorzando en el comedor. Uno de los muchachos se levantó y salió antes de que los demás terminaran su almuerzo. Gokak, que observaba esto por la ventana, lo llamó y lo regañó por su acto de indisciplina. “Mientras tus compañeros estudiantes están comiendo, tú no debes levantarte, aunque ya hayas terminado de comer. Eso es igual a insultarlos”. Diciendo esto, Gokak lo suspendió de las clases. El muchacho estaba en lágrimas, pero Gokak no se conmovía.
El muchacho fue a la habitación de la Madre Ishwarama, cayó a sus pies y empezó a llorar. Le contó acerca del fuerte castigo que Gokak le había impuesto, y le rogó a ella que lo salvara. Ishwarama lo consoló y le despidió. Más tarde ella se sentó en los escalones donde Gokak pasaría. Después de un rato, Gokak pasó por allí. Ella le ofreció sus salutaciones y él respondió reverentemente. Entonces ella dijo, “Cuando te saludé, tú me saludaste también.
De la misma manera, si castigas a otros, a su vez serás castigado. El muchacho en su inocencia ha cometido un error. Por favor perdónalo y permítele asistir a las clases.” Entonces Gokak respondió, “Madre, si yo le perdono, esto establecería un mal precedente para los demás. De todos modos, yo le perdonaré sólo por complacerte”. De esta manera, ella se desvivía por ayudar y proveer comodidad y consuelo a los demás.
Inevitablemente tendrán que enfrentar las consecuencias de sus acciones. Si hablan a otros de una manera dura, esto regresará a ustedes como resonancia. Si golpean a otro, regresará a ustedes como reflejo. Por ende, no hagan daño a otros. Hagan el bien, sean buenos, vean el bien y hablen lo bueno. Entonces, serán bendecidos con ricas recompensas. Aunque la Madre Ishwarama no tenía ninguna educación formal, ella se conducía de una manera ejemplar. Ella tenía una profunda sabiduría. La enseñanza que la Madre Ishwarama le impartió, permaneció grabada en el corazón de Gokak. Luego, cuando vino como Vicerrector a Puttaparthi, solía recordar sus palabras de sabiduría. Él la recordaba cada día y solía decir, “Yo veo a Ishwarama en mis sueños muy a menudo. Sigo su consejo implícitamente”.
No debemos criticar a los demás. No debemos hacerles daño a los demás ni burlarnos de ellos. Debemos amarlos a todos. Esto es lo que la Madre Ishwarama enseñaba a todos. Cumplan con su deber sinceramente. Entonces, ciertamente progresarán en la vida. Quienquiera que ustedes sean, sigan las sagradas enseñanzas de sus mayores. La gente atribuye ciertas enseñanzas a Rama, Krishna, y otros. No importa si es Rama o Krishna, indaguen el qué, por qué, cuándo, dónde y bajo cuáles circunstancias ellos dieron esas enseñanzas. Deben recordar el contexto en el cual aquellas enseñanzas fueron impartidas y actuar en consecuencia. Si obedecen el mandato de los mayores y de las personalidades divinas, ciertamente alcanzarán una posición encumbrada en la vida.
Obedezcan las órdenes de sus padres. Ciertamente serán bendecidos con todo tipo de educación y fuerza. No necesitan hacer esfuerzos especiales para adquirirlos. Desempeñen su deber sinceramente. Nunca desechen las palabras de sus padres. Síganlas con amor y santifiquen su vida. Deseando que les den felicidad a sus padres y así pongan un ideal para sus hijos, Swami los bendice y concluye Su discurso.
Sathya Sai Baba. Fragmentos de Discurso del 6 de mayo de 2003
Esta Organización cree que el alma en cada uno es el alma en todos, y que el Dios que cada uno adora es el que todos adoran.
Sathya Sai Baba, discurso del 23 de diciembre de 1971