Ustedes no pueden esperar mangos dulces cuando sólo siembran semillas de Nim. Si desean mangos, deben sembrar semillas de mango. La tierra es una, pero las semillas son diferentes. Deben sembrar lo que deseen cosechar. El vientre de la madre es como la tierra. Los hijos serán buenos o malos, dependiendo de los pensamientos de los padres. De todos los seres vivos, la vida humana es la más rara de todas. Constituye una gran fortuna haber nacido como humano. Habiendo sido bendecido con un nacimiento humano, el hombre debe desarrollar pensamientos nobles y experimentar la bienaventuranza interior. Solamente así podrá ser llamado verdaderamente, afortunado.

Putlibai, la madre de Mahatma Gandhi, solía hacer votos de ayuno a menos que el pájaro cucú cantara. Un día, sucedió que el pájaro no cantó. Gandhi, quien era un pequeño niño, no podía soportar ver a su madre ayunando por mucho tiempo. Debido al amor a su madre, se fue detrás de la casa e imitó el canto del cucú, luego, fue hacia adentro y le dijo a su madre, que ya podría comer, porque seguro ella misma había oído el canto del cucú. La intención detrás de este acto, era sin duda, buena, sin embargo, Putlibai se sintió muy triste porque sabía que su hijo estaba mintiendo. Con lágrimas en los ojos, ella se lamentaba y exclamaba: “Qué pecado he cometido para haber tenido un niño mentiroso!” Diciendo eso, lo tomó y lo reprendió. Gandhi juró que a partir de ese momento, no diría jamás una mentira. Por órdenes de su madre, se adhirió siempre a la verdad hasta el final de su vida, hasta que obtuvo muy buena reputación. Cuando la madre y los otros miembros de la familia toman un sendero sagrado, los niños ciertamente los imitarán y de esa forma obtendrán posiciones muy elevadas.

Es imposible describir el amor que existe entre la madre y su hijo. Los habitantes de la India consideran el amor de una madre como el amor verdadero, sin embargo, la juventud de hoy en día, no se da cuenta de lo sagrado del amor de la madre. Mantienen su propio interés por encima de sus padres. No tratan de entender el amor que sienten sus padres por ellos. Es un verdadero hijo o hija aquel que le ofrece felicidad a sus padres.

Swami y su madre

La madre Ishwaramma también poseía esos deseos nobles. A medida que la gloria de Sai comenzó a esparcirse a lo largo y ancho, vino a Mi un día y me dijo, “Swami, me causa un gran dolor de ver a los pequeños niños de nuestro pueblo caminando hasta Bukapatnam para asistir a la escuela, por favor, construye una escuela para ellos”.

De conformidad con su deseo, construí una pequeña escuela. Después de un cierto tiempo, ella deseaba un pequeño hospital. Decía que no podía soportar ver a las madres llevando a sus niños hasta Bukapatnam para un tratamiento médico. Por ello, también construí un pequeño hospital. La pequeña escuela que construí se ha convertido en la actualidad en una gran universidad. El pequeño hospital que construí, es, hoy en día, el Hospital de Súper Especialidades. Estas poderosas tareas son logradas como resultado del deseo noble de la madre Ishwaramma y la voluntad Divina de Sai. Su último deseo era proveer agua al pueblo. Ella decía que las mujeres tenían que soportar un gran dolor para sacar el agua de las profundidades de los pozos que ya casi estaban secos. Así que inmediatamente proporcioné agua al pueblo. Ahora, con el proyecto, “Acueducto Sri Sathya Sai”, he dado agua al distrito entero de Anantapur.

Cuando el corazón de la madre es puro, su hijo también es puro de corazón. Siempre se debe respetar a la madre y nunca deben herir sus sentimientos. Un día, cuando Swami estaba en el viejo Mandir, había una muchedumbre inusual. Presintiendo el peligro, Ishwarama se acercó y me dijo, “Swami, esta gente parece que tiene otros motivos para venir aquí; estoy preocupada de que Te puedan causar daño; no puedo dormir en paz”. Le infundí valor diciéndole, “no tengas temor; el cuerpo está sujeto a padecer un día u otro; así que debes eliminar los apegos al cuerpo”. Durante esos días, Yo solía dormir solo en una choza de paja. Esa noche, tal y como Ishwaramma lo presentía, unas mentes malvadas le prendieron fuego a la choza por los cuatro costados. Había llamas por todos lados. Viendo esto, Subama e Ishwaramma vinieron corriendo. Cuando llegaron al sitio, encontraron, para su admiración, que había un aguacero sobre la choza; sin embargo, no había en absoluto lluvia en los alrededores. Cuando salí de la choza, ambas se sintieron regocijadas al verme sano y salvo.

“El perdón es la más alta de las virtudes. Es la verdad, la rectitud, la no-violencia. Es la esencia misma de los Vedas. Es el cielo y todo en todos los mundos”. (Verso Télugu)

Debido al impacto de la era Kali, se observa en la mujer moderna una carencia de amor, pero aún hoy, hay muchas mujeres virtuosas y de carácter. El progreso de la nación depende de sus mujeres. Así que no las minimicen. Traten a todas las ancianas como sus madres y a las jóvenes como sus hermanas. El país estará seguro y a salvo solamente cuando los hombres tengan esos sentimientos nobles. Cuando ustedes entiendan esta verdad y actúen de acuerdo a ella, podrán alcanzar incluso la Divinidad.

La mujer no es sólo una mujer ordinaria; ella es Dios mismo. Adórenla y obtenga su gracia. Una vez que tengan las bendiciones de su madre, ustedes pueden lograr cualquier cosa en este mundo. Nunca la desobedezcan o dejen de complacerla.

Aún hoy en día, existe este tipo de madres nobles. Estas madres sienten un gran dolor al ver a sus hijos desviarse del camino correcto. Buscan todas las formas para corregirlos. Es imposible describir el amor de una madre. El amor de la madre es mucho mayor que el amor del padre. Una vez la madre Parvati e Ishwara vieron que una persona estaba sentada en la rama de un árbol que estaba a punto de caerse. Entonces la madre le rogó a Ishwara que lo salvara. Ishwara, bromeando remarcablemente, le dijo, “¿Por qué debo protegerlo? Tú lo viste primero. Es tu deber salvarlo”. Ella le contestó, “¿Cómo puedo protegerlo sin tu gracia? Yo soy el polo negativo y tú eres el positivo. A menos que derrames tu gracia sobre él, no podrá ser salvado. Por favor, no retrases esto ni un instante más”. Entonces Ishwara respondió: “¿Acaso no es su deber llamarme y pedir mi ayuda? ¿Cómo puedo ir a su rescate sin ser llamado? Como dice el proverbio: Uno no debe asistir a una reunión sin ser invitado”.

Parvati, con un gran sentido de compasión, deseaba proteger a esa persona a toda costa. Así que le dijo a Ishwara, “Si esa persona, cuando se caiga, dice ¡Madre!, yo iré a su rescate y si dice ¡Padre!, tú debes protegerlo”. Ishwara estuvo de acuerdo con eso. Ambos esperaron, pero cuando cayó, la persona gritó “¡Ay!”. Las palabras ‘madre’ o ‘padre’ no surgieron de sus labios porque él nunca respetó ni reverenció a sus padres en toda su vida. Esa era su destino. ¿Cómo puede Dios rescatar a una persona que se ha olvidado totalmente de sus padres? La madre es Dios; el padre es Dios. Con tales sentimientos, ofrezcan gratitud a sus padres.

Hoy estamos celebrando el día de Ishwaramma para difundir la gloria de la maternidad. El mundo está sostenido por las oraciones de las madres. Las oraciones de las mujeres son más poderosas que miles de oraciones de los hombres, porque las mujeres son puras y tiernas de corazón. Jamás causen desagrado a su madre. Nunca hieran sus sentimientos. Así Dios los ayudará en todos sus esfuerzos. Uno llama al país ‘madre patria’ y no ‘padre patria’. Por ello, a la madre se le ha dado una posición exaltada en el mundo. Consideren a su país como su propia madre y trabajen para su progreso. Bajo ninguna circunstancia causen daño a su madre ni a su madre patria. Esto es significativo, y es la principal enseñanza de la celebración de hoy.

El cuerpo es como una burbuja de agua; la mente es como un mono loco; no sigan al cuerpo; no sigan a la mente… ¡Sigan a la conciencia! Mediten sobre lo que han visto y escuchado hoy. Pónganlo en práctica y deriven la respectiva bienaventuranza.

Sri Sathya Sai Baba
Divino discurso del 6 de Mayo de 2001