
El hombre que no puede empaparse de la verdadera sabiduría que ensancha la mente ni explorar la verdad interna acerca de la vida, tampoco puede promover el bienestar del mundo.
El principio espiritual advierte claramente a aquellos que repiten lemas de paz, pero cometen actos que la perjudican. La vida humana sólo puede ser entendida verdaderamente en el contexto de la armonía y la cooperación. Para poder realizar éstas, el individuo debe prestar servicio a la sociedad. Tal servicio está arraigado en la fe espiritual.
El hombre actual explora el espacio externo, pero no sabe la verdad acerca de sí mismo. Los que no pueden conocer su propia y verdadera naturaleza no pueden lograr mucho; no pueden percibir lo real, y sin ello no pueden alcanzar la bienaventuranza divina. No hay nada que el hombre no pueda lograr, pero antes de intentar cualquier cosa, debe reconocer sus poderes, su papel y su propósito en la vida. Mientras esté atado por ignorar su verdadera naturaleza, no podrá escapar de la aflicción.
El hombre es el ser más valioso del universo y también es el creador de todos los valores. El mineral con oro bajo la tierra adquiere valor después de que es extraído y refinado gracias al esfuerzo humano. De modo similar, también el diamante en bruto que se obtiene de una mina se vuelve sumamente valioso después de ser cortado y moldeado por el hombre.
Inmerso en preocupaciones mundanas y viendo a las cosas materiales como fuente de felicidad, el ser humano se vuelve víctima de la tristeza. El mundo material sólo puede producir tristeza. El hombre debe abandonar lo material y volverse hacia lo divino. El compromiso con lo mundano debe ceder el lugar a la búsqueda de la propia realización.
La vida es como una madeja de hilo: Mientras más se intenta desenredarla, más enredada se vuelve. La vida es como un estanque infestado de cocodrilos: es difícil atravesarlo evitándolos, pero se tiene que hacer. La vida es como un bloque de hielo que se está derritiendo incesantemente: la verdad tiene que ser realizada antes de que termine de derretirse.
La vida es una breve obra de teatro, y este cuerpo es como una burbuja. La mente siempre es caprichosa. En el Gita, Arjuna le asegura a Krishna que es difícil controlar a la mente, pues constantemente está oscilando. No obstante, el hombre debe concentrarse en su verdadero destino. ¿Cuál es este destino? ¿Cuál es la meta y el propósito de la vida? El Bhagavata y el Bhagavad Gita lo establecen claramente. Nuestro destino es volver a la fuente de la cual venimos. En tanto el individuo esté atrapado en el mundo fenoménico, su mente será insegura y vacilante. Mientras hay vida en el cuerpo, éste es sagrado; pero una vez que la vida se ha ido, el cuerpo no es nada. La declaración védica So Ham (Yo soy Eso) se demuestra al inhalar aire. Cuando se exhala y se pronuncia “aham”, se abandona el “yo”. So Ham proclama la identidad del individuo con la Divinidad (yo soy Él). Esta identidad no podrá entenderse mientras se esté atrapado en los tentáculos del mundo material.
Ya sea que realicen acciones buenas o malas, no hay manera de escapar a sus consecuencias. Los antiguos, que sabían esto, siempre buscaron lo bueno y lo auspicioso. Éste es el significado de la adoración a Shiva. Cuando hablamos de Shivaratri, nos referimos a la noche asociada con Shiva, que es auspiciosa. El principio de Shiva está totalmente libre de lo que no sea auspicioso o sagrado en cualquier circunstancia. Cuando encarnaciones tales como Rama y Krishna aparecen en cuerpos humanos, poseen algunas asociaciones no auspiciosas relacionadas con sus cuerpos. A pesar de que encarnan con el propósito de salvar al mundo, proteger a los devotos y elevar a la humanidad, ellos deben desprenderse de sus cuerpos en un momento dado.
De ahí que al nombre de tales avatares se añada el Sri honorífico como prefijo para indicar su advenimiento sagrado, pero en el caso de Shiva no se necesita ningún prefijo, pues trasciende las limitaciones corporales. A diferencia de Sri Rama y Sri Krishna, no existe un Sri Shiva o Sri Shankara. Shiva, o Shankara, es siempre auspicioso. La realización de la unidad con Shiva significa el logro de la inmortalidad.
La luna tiene dieciséis fases, la mente también tiene dieciséis. En la noche de Shivaratri, quince de las dieciséis fases de la luna son invisibles, pudiéndose observar solamente una. La mente también se encuentra en el mismo estado. Si durante Shivaratri se medita sobre Dios, se puede lograr el acercamiento a la Divinidad. La suprema santidad de Shivaratri consiste en realizar la unidad con lo divino mediante la meditación en Dios.
Lo que ustedes niegan es la Realidad, pero sólo la Divinidad existe. El mundo es lo irreal. Olvidando lo real, los hombres se pierden persiguiendo lo transitorio. El mundo debe verse como la imagen reflejada de la Divinidad. Todos los actos deben llevarse a cabo como ofrendas a lo Divino.
Los verdaderos devotos de Dios no deben dar ninguna importancia a las diferencias de religión, casta o secta. Éstas son meras diferencias de nombre y forma. Si el devoto está consciente de que el principio sagrado de Shiva está presente en todos, no debe despreciar a nadie ni causar daño a otros.
El mundo puede cambiar, pero el principio Shiva es inalterable. La misma unión de la Madre y del Padre Universales está representada por el nombre y la forma de Sai Baba.
Sathya Sai Baba
Fragmentos del Divino Discurso del 11 de febrero de 1983